EL ARTE ROMANO
Existe hoy en día una polémica historiográfica entre los que
opinan que el arte romano es una
imitación del griego y que no aporta nada nuevo, y los que
opinan que sí existen diferencias. Éstos
últimos aducen que en arquitectura las técnicas, los
materiales, la finalidad y la concepción son nuevas.
Que en escultura y pintura existe un arte oficial al
servicio del Estado y que está dominado por
patrones griegos pero que existe una corriente popular, otra
línea artística para las clases medias.
El arte romano es un producto de la sociedad que lo creó,
condicionado por una estructura
socio-económica diferente a la griega y por otras
necesidades que debía satisfacer.
Contexto histórico
Roma fue fundada en el 753 a.C. por un pueblo del Lacio
llamados después romanos. Del 753
al 510 la ciudad de Roma es gobernada por siete reyes, el
primero es Rómulo y es romano pero
después los reyes son etruscos ya que Roma cayó bajo la
dominación etrusca hasta el 510, cuando los
romanos consiguieron expulsar a Tarquinio Severo, último rey
etrusco y entonces, cansados de reyes,
los romanos fundan la República romana y comienzan su
expansión. Al ser un pueblo acosado,
aprendieron a vivir en permanente estado de guerra y su
estrategia era bien sencilla: la mejor defensa
es un buen ataque. Así comenzaron su expansión por la
península italiana. En el siglo III ya habían
absorbido el reino etrusco y el resto de Italia. Pronto van
a ser atacados por la potencia vecina que
pugnaba con ella por el dominio del Mediterráneo occidental,
Cartago. De las guerras púnicas Roma
sale como dominadora del Occidente y pronto conquistará el
Mediterráneo oriental hasta convertirlo
en un Mare Nostrum.
La república hasta el año 30 a.C. cuando, después de Cesar,
Augusto es proclamado emperador
y la República romana se convierte en Imperio Romano.
Augusto vive hasta el año 14 y con él se da el
cenit militar y cultural del Imperio. Desde él hasta el 476
el Imperio no hace sino declinar. Tras
Augusto viene Tiberio, Calígula, Claudio, Nerón, etc.
En el 313 se produce el Edicto de Milán. El emperador
Constantino proclama al cristianismo
como la religión oficial del Estado y traslada la capital a
Constantinopolis (Bizancio). Entonces
comienza el arte Paleocristiano.
Características
generales.
Existe un cambio de ideas radical: del platonismo helénico
se pasa a un aristotelismo en Roma,
de la abstracción y el idealismo utópico se pasa a lo
sensitivo, lo concreto y lo práctico. Si los griegos
eran artistas por capricho estético los romanos son ingenieros
que hacen obras de arte.
Ahora no se busca al hombre como parte del cosmos sino como
un individuo concreto. El
individualismo romano lo observamos en el artista, cuya
personalidad se ve en la obra y en la temática:
los relieves narrativos son de hechos concretos, los
retratos son de personas con nombres y apellidos,
muchas veces vivas.
Arquitectura
En arquitectura los romanos ganan en dinamismo. Del
estatismo de la adintelada griega pasan al movimiento del
arco,
la bóveda y la cúpula. Ellos son, además, los primeros que
combinan en una sola fachada los dos sistemas creando el
sistema mixto. También es una arquitectura más funcional. Se
acabaron los caprichos artísticos. Ahora deben ser bellos
paro
ante todo deben servir al Estado. Ellos innovan muchísimo,
crean el eje de simetría horizontal en el
edificio (por partes o bandas), crean la planta basilical,
el ábside que prolonga la nave central.
Frente a una arquitectura abrumadoramente religiosa como era
la griega, la romana es mucho
más civil y militar. Si los griegos son urbanistas más que
arquitectos, los romanos más que arquitectos
son ingenieros.
Emplean los materiales más baratos y sólidos: el ladrillo,
el hormigón, el sillar cuando hace
falta, etc. El hormigón o mortero lo fabricaban con cal como
base de unión y cantos rodados o grava.
El resultado era un material fuerte y barato. El exterior de
estos muros podía ir revestido con placas de
piedra o mármol para darle más vistosidad.
Frente a una arquitectura abrumadoramente religiosa como era
la griega, la romana es mucho
más civil y militar. Si los griegos son urbanistas más que
arquitectos, los romanos más que arquitectos
son ingenieros.
Emplean los materiales más baratos y sólidos: el ladrillo,
el hormigón, el sillar cuando hace
falta, etc. El hormigón o mortero lo fabricaban con cal como
base de unión y cantos rodados o grava.
El resultado era un material fuerte y barato. El exterior de
estos muros podía ir revestido con placas de
piedra o mármol para darle más vistosidad.
Los edificios de
espectáculos.
El teatro
Deriva del griego aunque con innovaciones considerables.
Los graderíos semicirculares o “cavea” se construían sobre
galería
abovedadas, no aprovechando el desnivel del terreno como en
Grecia. Por lo tanto el teatro romano tiene fachada exterior
y ésta
tiene una estructura mixta, adintelación más arco y bóveda y
con
los tres órdenes en superposición de pisos.
Entre la cavea y la escena estaba la orquesta que, en el
caso romano, es semicircular y no ultrasemicircular. Su
función
también cambia: servía para instalar a los altos personajes
y no
como lugar del coro (el teatro romano no es mudo y la
función
del coro pasa a un segundo plano). Ahora el coro se traslada
a un
lateral de la escena llamado tribuna.
El Teatro de Mérida fue construido hacia el año 16-15 a.
C y donado por Marco Agripa (yerno del emperador Augusto),
data de casi la misma época de la fundación de Emerita
Augusta.
Estuvo en uso hasta la segunda mitad del siglo IV, La capacidad
del Teatro era de unas 6.000
personas. De la época imperial es el teatro Marcelo donde
vemos el exterior con el sistema mixto y la
superposición de órdenes.
El anfiteatro
Es como un teatro doble, es decir, circular y cerrado, como
una
plaza de toros y de mayores dimensiones que el teatro. Se
dedicaba a los
espectáculos cruentos: lucha de gladiadores (los romanos
eran unos
enamorados de la fuerza), luchas de fieras salvajes,
sacrificios de ladrones
o disidentes -cristianos- e incluso combates navales. Eran
circulares o
elípticos y la arena se separaba de la cavea por una
abalaustrada muy
alta. Bajo la cavea estaban las dependencias subterráneas de
las que salían
los gladiadores, las fieras, etc. En el exterior se repite
la organización de
fachada del teatro con dintel más arco y superposición de
órdenes.
El anfiteatro más grande del Imperio debía ser el de
Roma, el anfiteatro Flavio o Coliseum del siglo I d.C. Se
comenzó por Vespasiano en el 72 d.C. y fue terminado por su
hijo Tito en el año 80. Fue construido por prisioneros
judíos y
consta de cuatro pisos, de planta elíptica con un diámetro
largo
de 187 metros. Al exterior hay superposición de órdenes en
los
tres primeros pisos y liso después. En caso de mal tiempo
podía
cubrirse con una gran lona sobre un entramado de railes,
quedando
un orificio en el centro. Tiene canalizaciones comunicadas
con el
Tiber por donde podían inundar la arena para simular
combates
navales (naumaquias).
Otro anfiteatro menor es el de Arles, también elíptico y
de dos pisos. Es un coliseo pequeño que hoy en día se
utiliza
como plaza de toros.
La
escultura romana
En escultura conviven influencias helenísticas y etruscas a
partes iguales. De influencia
helenística son las numerosas esculturas de tema mitológico
de los siglo II y I a.C. cuando fue
conquistada Grecia. Las innumerables Venus, Dianas, Júpiter,
Marte, etc, que no son sino copias que
los romanos hacían en serie sobre las originales griegas de
época clásica y helenística. Muchos de
estos originales se perdieron y hoy conocemos la escultura
griega clásica a través de las copias
romanas.
El retrato
Es capítulo aparte ya que los romanos lo cultivaron con
especial esmero (cultura más
individualista). A diferencia del griego, el romano es un
retrato realista, que resalta los rasgos
individuales, sin omitir los defectos. Parte del retrato
helenístico pero lo supera ampliamente. También
influye el retrato realista etrusco pero, sobre todo, en él
se plasma el sentido objetivo, realista y
positivista del romano.
El retrato siempre iba policromado aunque quedan pocos
restos de
color. El origen de este afán por el retrato quizá esté en
las Imagines
Maiorum, máscaras de cera que solían hacerse a los difuntos
para
guardarse en el larario como recuerdo y veneración a los
antepasados. Era
el positivo de un negativo real con lo que el parecido era
absoluto.
En la época republicana el interés se centra en la cabeza y
sólo se
retrata de cuello para arriba. Luego el retrato se irá
ampliando. Son retratos de gran realismo,
reproduciendo arrugas y expresiones severas. La primera obra
en el tiempo
es el retrato de Lucius Junius Brutus fechada en el siglo IV
a.C. y se duda
sobre si su autor es romano o etrusco (es difícil porque
entonces no hay
división artística entre roma y el resto de las ciudades
etruscas). La técnica
de fundición es etrusca pero el personaje es sin dudad
romano, se trata del
Libertador que en el año 509 expulsó al último rey etrusco
de Roma. Los
ojos son de pasta vítrea para acentuar la profundidad de su
mirada, el rostro
es grave y severo, la expresión seria pero serena. Hay una
buena técnica en
pelo y barba.
El relieve
En época republicana casi no se da pero en el Imperio
adquiere mucha importancia el relieve
histórico. Es un medio más propicio que el tridimensional o
exento para la representación de escenas
complejas, anecdóticas o realistas. Los temas casi siempre
son históricos y se desarrollan de forma
narrativa y continua, representando campañas militares,
hechos conmemorativos y ceremonias
religiosas.
Surge el gusto por el paisaje y proliferan los ríos,
colinas,
árboles y plantas, guirnaldas de flores, etc. Los primeros
en el
tiempo son los relieves del Ara Pacis o altar de la paz que
levantó
Augusto cuando terminó de conquistar el Mediterráneo.
Adornan el
interior y el exterior del Templo con temas alusivos a la
procesión
del cortejo imperial dirigiendo sus ofrendas hacia el altar.
Es un
bajo relieve en piedra caliza con una gran técnica en los
pliegues de
los vestidos.
En el Arco de Tito los relieves ocupan las paredes
interiores y
muestran el estilo ilusionista de la época flavia. Es un
desfile militar
con cetros y estandartes donde los victoriosos romanos
saltan alegres y
los vencidos van delante con las manos atrás.
Los relieves de la Columna
Trajana ascienden de forma continua
en espiral ocupando todo el fuste de la misma. Se narran
episodios
sobre la guerra contra los dacios. Es un bajorrelieve con
una
profusión enorme de elementos, humanos y de paisaje,
apretados y
apiñados. Se simulan grandes construcciones al fondo pero
con grandes defectos de perspectiva.
La pintura romana
Gracias al enterramiento de Pompeya tenemos toda la pintura
clasificada desde el siglo II hasta
el año 79 a.C. y así podemos distinguir cuatro estilos:
1. · Estilo de incrustación: paneles coloreados en amarillo
y rojo que imitan la policromía del
mármol.
2. · Estilo arquitectónico: donde aparecen pintadas
arquitecturas imaginarias que dejan ver
por sus huecos paisajes en perspectiva.
3. · Estilo ornamental: con decorados arquitectónicos de
influencia egipcia. No son
construcciones sino decorados arquitectónicos, columnas,
ventanas, figuras humanas y
paisaje.
4. · Estilo ilusionista: mezcla del arquitectónico y el
ornamental con gran fantasía de formas y
colores.
Estos cuatro estilos se conocen como 1º, 2º, 3º y 4º estilos
pompeyanos. Después de la
catástrofe del año 79 a.C. la pintura romana posterior sólo
la conoceremos por referencias literarias.
El mosaico.
Se utilizaba sobre todo para la decoración de pavimentos,
paredes, fondos de piscinas, etc. De
temática variada, vegetal, animal, geométrica o histórica,
se realizaba con dos técnicas diferentes: 1. · El opus tesellatum es la más
frecuente y se forma a base de piedrecitas cúbicas o teselas
y de
varios colores. La tesela siempre tiene un color natural y
están perfectamente
escuadradas.
2. · El opus sectile son losetas irregulares pintadas una
vez que se han colocado. Es un
sistema más fácil y barato y tiene más posibilidades de cara
a las composiciones difíciles,
pero se daba mucho menos.