"El arte es un modo de expresión en todas sus actividades esenciales, el arte intenta decirnos algo acerca del universo del hombre, del artista mismo."

lunes, 10 de agosto de 2015


EL ARTE EGIPCIO


La civilización egipcia nace en torno al Nilo y gracias a él. 
Los primeros egipcios llegaron a
divinizar el río. Tras los primeros poblamientos neolíticos en el valle, 
se convirtieron en una sociedad
autárquica que duró más de tres mil años. 
Para organizar tantísimo tiempo, 
la civilización egipcia
tiene las siguientes divisiones:

· Época Tinita: 3000-2778 con capital en Tinis
· Imperio Antiguo: 2778-2263 con capital en Memphis
· Primer período intermedio: 2263-2160
· Imperio Medio: 2160-1785 con capital en Tebas
· Segundo período intermedio:1785-1580
· Imperio Nuevo: 1580-1085: con capital en Tebas
· Época baja: 1085-333: introducción de dinastías persas
· Época copta bajo el dominio griego y romano después.

No puede explicarse el arte egipcio si antes no entendemos 
su pensamiento, su visión
cosmológica del mundo, su religión y sus actividades económicas 
primero.

El pensamiento egipcio
Egipto es una civilización fluvial de base agraria. Viven gracias a
un río alóctono que con sus crecidas periódicas fertiliza un desierto. Por
eso la influencia de la economía agraria lo impregna todo: de ese mundo
agrario nace la geometría, la medida, el catastro y el arte: la arquitectura en
planos cuadrangulares, capiteles con hojas, pinturas con plantas y flores.
De ella extraen la matemática pero también la visión ordenada del mundo,
todos sus dioses y hasta el poder político. El egipcio tenía una visión
cíclica del tiempo (al igual que las crecidas del Nilo) y sus dioses mueren
y resucitan constantemente (mito de Osiris). Esta visión cíclica forja la
idea de estatismo terrestre, de que nada cambia, y esta idea a su vez 
forja la idea de perfección, serenidad y armonía de lo terrestre: eternidad = perfección. 
Ante esto el 
papel del hombre es muy conservador debido a esa concepción del mundo
como algo perfecto.

Hubo una ordenación del mundo a partir de un caos (por los dioses) y esa construcción es
perfecta. Por eso las aguas del Nilo llegan puntuales todos los años. 
Tal perfección hay que
conservarla tal y como nos fue dada por los dioses y conservar se convierte en una constante:
conservar el cuerpo, conservar el arte, perdurabilidad, eternidad.
El encargado de conservar ese orden es el Faraón, una figura política que nace de la necesidad
de coordinar los trabajos agrícolas: construcción de canales de riego y de drenaje, coordinación entre
la cuenca alto, media y baja, etc y que llegó a ser tan vital para los egipcios que lo divinizaron en vida.
A nivel de estado, el faraón debe conservar el orden divino reuniendo al Alto y al Bajo Nilo. Cuando el
orden se rompe, el pueblo echará la culpa al Faraón. Se paraleliza Estado y mundo
Por otra parte la egipcia fue siempre una civilización aislada por un desierto hacia el Este,
Oeste y Sur. Por eso fueron muy poco atacados pero tampoco sufren la evolución lógica de una cultura
relacionada. Este aislamiento produce orgullo. Su país era el centro del mundo y el egipcio era el
hombre por excelencia.
En cuanto a su religión, el cielo no es diferente a la Tierra porque la ésta ya es perfecta. Al cielo
se va con apariencia física y se vive igual que en la Tierra, por eso hay que conservar el cuerpo que
será el soporte físico del alma en el cielo. Además en la tumba se pintan escenas de la vida del difunto
en la Tierra y se le dejan objetos, riquezas, instrumentos y adornos para su vida eterna.
La base de esta religión no es el dogma. No existe ningún libro de dogma. La religión son los
ritos, los cultos las fórmulas y de eso sí que hay, muchas fórmulas para presentarse ante los dioses. Sin
embargo es toda una actitud social: los dioses disponen de sus destinos (juicio de Osiris) pero esto no
era más que un fenómeno social por el que intentaban no sucumbir ante el caos. Por eso el pueblo
egipcio ha sido el más religiosos de la historia, la religión era la vida.

El arte egipcio
Las características generales son: primero es una arte exclusivo para la Iglesia y el Estado (en
Egipto ambas cosas son lo mismo). Ellos son los únicos clientes y los que marcan todo el estilo
general. El artista es un ejecutor anónimo, es un artesano que cumple unas normas preestablecidas, no
es un creador. En el arte egipcio no se estima la originalidad sino la precisión con la que el artista
realiza los encargos y la solidez de éstos.

Por otro lado el arte es soporte de toda una iconografía religiosa y de poder. La imagen
encierra toda una simbología que la exime de cualquier función estética. Se trata de transmitir el
mensaje de la forma más clara posible. por eso nunca se liberaron de la imagen conceptual, de la
técnica completiva por la que el retrato se compone de varios elementos mentalmente unidos y
ópticamente incoherentes. Por eso también renuncian a la perspectiva, para dar más claridad al
mensaje. Por eso en escultura la frontalidad es sagrada, con unas reglas fijas que se repiten.
Pero la imagen símbolo debe ser también duradera, eterna, para ser buena. Siempre se prefiere
macizo mejor que vano, las formas puras y geométricas que dan la visión de orden pero también son
más duraderas, adintelación mejor que arcos, rectas mejor que curvas, soportes simples pero enormes,
materiales sólidos y eternos, la piedra en vez del ladrillo, esculturas bloque, etc.

La arquitectura

Es lógico pensar que en una civilización donde se le concede 
tantísima importancia a la muerte-vida, el edificio principal 
debería ser la tumba. En ellas se aprecia una evolución desde la mastaba simple hasta la pirámide o el hipogeo.
Las mastabas son las más antiguas. 
En su interior hay un pozo que se ciega y sobre el que se construye un edificio 
casi macizo con forma de paralelepípedo 
con alguna habitación adornada con relieves. 
Las más importantes son las de Sakkara.
Si construimos varias mastabas superpuestas obtenemos 
como resultado la pirámide escalonada, como la de Zoser, faraón de la Tercera Dinastía y residente también en 
Sakkara, el cual contrató los servicios de Inhotep para realizar su tumba, 
algo que iba a convertirse en una costumbre: el faraón moraría para siempre en su tumba-casa eterna.
Por evolución de ésta viene la pirámide equilátera clásica en la Cuarta Dinastía, 
las pirámides 
de Guizah, cerca de Menphis, 
entre las que sobresalen las de Keops, Kefrén y Micerino. 
La de Keops, que es la más grande, tiene 160 metros de altura, 
está orientada en sus cuatro 
puntos y es todo un ejemplo de precisión matemática.
Las pirámides estaban recubiertas en su superficie con placas de alabastro 
y en su interior hay varias cámaras y corredores. Una de estas cámaras era el 
sepulcro del monarca (todas las cámaras funerarias fueron saqueadas antes del nacimiento de Cristo) 
y las otras eran provisionales y falsas. Para intentar evitar el saqueo 
se diseñaban pasadizos laberínticos y las cámaras se sellaban 
con enormes bloques de piedra. Todas estas pirámides tenían un templo exterior
situado cerca del río 
(para aportar vida a la muerte) y comunicado con ellas por una avenida. 
Por ejemplo el templo de la pirámide de Kefrén es la esfinge de Guizah (Gizeh).

La escultura
El escultor en Egipto era un personaje de segunda categoría (no así el arquitecto) por dedicarse a una actividad manual y es siempre un personaje anónimo y sin iniciativa creadora. Existían unas fórmulas que el artista debía acatar. La escultura en Egipto está tan supeditada a la religión como la arquitectura y todas sus obras tienen un carácter utilitario, una finalidad no estética, la belleza de las mismas es algo secundario. La escultura egipcia es hierática, ceremoniosa, solemne. Las figuras humanas respetan excesivamente las reglas de la etiqueta oficial. Siempre se les representa de frente por respeto (frontalismo para dignificar) si se trata de bulto redondo y con la cabeza de perfil si es relieve.
La de bulto redondo padecen rigidez, estatismo, idealización, sin movimiento, sin ningún sentimentalismo, sin pasión. Los brazos están pegados al cuerpo (escultura bloque por razones técnicas y para perdurar, solidez), sólamente hay unos ojos artificiales de pasta vítrea para acentuar la profundidad de su mirada. Se realizan en caliza, madera policromada y las más importantes en granito y basalto.
En cuanto al relieve suele ser un relieve bajo y policromado que se consigue reuniendo el contorno de la figura (hueco relieve). No se realiza ningún efecto de perspectiva, todas las figuras son del mismo tamaño excepto las del faraón para subrayar su poder. Se utiliza la técnica completiva: partes de frente como el busto y los ojos y partes de perfil como la cabeza, las piernas y los pies. Las composiciones son siempre simétricas y perfectamente ordenadas simbólicamente. Los temas van desde las escenas cotidianas y los trabajos agrícolas hasta las grandes azañas de los faraones, siempre contadas seleccionando los principales momentos y secuenciándolos en una hilera horizontal, uno detrás del otro. Se procura no dejar ningún espacio vacío (horro vacui).
De entre los ejemplos más importantes destacan las esculturas de Rahotep y su esposa Nefret, del Imperio Antiguo y realizadas en piedra calcárea pintada, las de algunos otros faraones como Kefrén o Micerino, la de algunos escribas como el que se conserva en el museo del Louvre, datado en la V Dinastía y de sólo 53 cms de altura.



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